Cada una de las religiones que existen actualmente tienen su propósito según sus creencias. Estas religiones cuentan con un gran número de seguidores, quienes disfrutan de sus diferentes rituales que poseen gran significado para cada uno de ellos. Ellas le aportan algún sentido a la vida de sus seguidores.
La religión hindú, les aporta a sus seguidores el sentido del actuar para recibir, es decir, todo lo que hagamos retornará a nosotros, si actuamos bien las cosas que recibiremos serán buenas y también lo contrario, se nos devolverá el mal que hagamos (KARMA). Creer en la reencarnación (volver a nacer en otro cuerpo) será la oportunidad para anular ese Karma de las vidas pasadas.
La religión del Buda les aporta a sus seguidores “La liberación del sufrimiento” como sentido de la vida; el despojarse de todo lo material y no material que impida llevar una vida tranquila y llena de paz espiritual, mental y comportamental hasta la muerte espiritual que nos lleve a esa perfección y sanidad espiritual.
La religión taoísta insiste a sus seguidores en la necesidad de “dejar fluir” como sentido de vida; no forzar las cosas, dejar que sigan su curso; el actuar, se basa en no planear de acuerdo a ideas fijas sino basado en la espontaneidad.
El sentido de vida basado de la religión judía radica en la obediencia a la voluntad de Dios, de lo contrario será condenado y no gozará de una vida eterna espiritual. La religión cristiana, al igual que la religión judía, aporta a sus seguidores el sentido de obediencia y transmite una nueva visión de la relación del ser humano con Dios, relación Padre e hijos, que se tiene que basar en la sencillez, la humildad, la justicia, la limpieza del corazón, el compromiso con la paz y la compasión para al final de su vida ser juzgado por sus obras y se salvará o se condenará.
De esta forma, podemos afirmar que cada religión representa un sentido de vida para las personas alrededor del mundo, cada una a su manera, sus creencias y demás, pues esto permite dar a las personas un por qué y una razón de ser, les plasma un camino a seguir para lograr una paz al final de sus vidas.
Valentina Baez Amaya – 1001
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